Tipos y modalidades de caza
CAZA MENOR
• Al salto: Modalidad más practicada en la caza menor. El cazador se acompaña del perro e intenta localizar y levantar las piezas. Este método supone un gran esfuerzo físico, un gran entendimiento entre el cazador y el can. Se utiliza, sobre todo, para la perdiz y el conejo.
• En mano: Esta forma implica a varios cazadores, que se sitúan en línea y van avanzando para acorralar a los animales. La línea de cazadores se conoce con el nombre de mano de cazadores. Esta modalidad requiere gran compenetración y con ella se cazan liebres, conejos y perdices.
• Mano sobre mano: El objetivo se centra en localizar y levantar las piezas cuyas defensas son la inmovilidad, el mimetismo y el aguante. El cazador recorre el terreno lentamente. Las codornices y las liebres se suelen cazar así.
• Al paso: El cazador se oculta en puestos naturales o artificiales a la espera de la pieza. Es un método empleado para cobrar aves como palomas, tórtolas, zorzales o acuáticas.
• Ojeo: Modalidad reina para la caza de la perdiz, pero también se usa en la del faisán. Los cazadores se colocan tras unas pantallas y los batidores u ojeadores levantan la caza, que acercan con ruidos hacia los puestos.
• Manos encontradas: Los cazadores se dividen en dos grupos, que van a dos zonas. Avanzan en línea hasta encontrarse en el centro del área. Conlleva cierto peligro.
• Reclamo: Se hace aprovechando el celo de los machos de la perdiz. El cazador se instala en el aguardo y coloca su perdigón enjaulado en el chito a unos cuantos metros. Se atrae al animal, macho o hembra, con sus cantos y, cuando lo tiene a tiro, dispara.
• Galgos: La caza de la liebre con galgos constituye una de las modalidades más populares y apasionantes. Se emplea en terrenos de escasa vegetación. El cazador se desplaza con sus colleras hasta el momento en el que salta la liebre, instante que aprovecha para soltar al perro.
CAZA MAYOR
• La montería: Modalidad más popular y tradicional dentro de este tipo de caza. Su práctica se limita a los cotos declarados de caza mayor con una extensión de, al menos, quinientas hectáreas. En Extremadura, se emplea habitualmente para la caza de venados. Se emplean rehalas de perros, que levantan las piezas hasta ponerlas a tiro.
• El rececho: El cazador se acerca a las piezas sirviéndose de los conocimientos que tiene del animal y del terreno, además de empleando su capacidad de sigilo y mimetismo para aproximarse al animal sin que le detecte.
• El aguardo: El cazador se sitúa en un puesto fijo y bien cubierto, y espera el paso o aparición de alguna pieza. Esta modalidad es muy popular para cazar jabalíes y se practica en las noches con luna llena.
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